Cómo ando inmerso en el lanzamiento de formación a través de Internet, además de llevar tiempo «husmeando» en la venta on line, tiendas virtuales, email marketing, redes sociales,… surge una y otra vez la idea de si realmente puedo ser una especie de «dinosaurio» comercial, (que por la edad también) al intentar compartir y entrenar los principios básicos y necesarios de la venta desde sus orígenes, aunque intentando adaptarlos y flexibilizarlos continuamente, claro está.
Más si cabe cuando charlando con personas jóvenes, (y a veces no tan jóvenes) me orientan y «abren mis ojos» ante la democratización de las ventas a través de internet, con ejemplos estupendos de captación de productos, clientes, logística,… todo a «pequeñísima» escala y a la vez rentable.
También cuando hacemos alguna compra, en vez de entre particulares como las anteriores, a través de cualquier plataforma on line de las muchísimas que existen, y vemos el mínimo trabajo comercial por parte de estas organizaciones salvo el del posicionamiento y publicidad previa, para que después nosotr@s «consumidores» (más bien devorador@s, casi no somos ni clientes) nos volvemos un poco «loc@s» intentando encontrar esa «ganga» o ese producto, que a veces nos cuesta conseguir en las tiendas físicas de nuestra zona, o del mundo off line en general.
Después de estas reflexiones, siempre llego a la conclusión de que tod@s somos personas, por lo tanto necesitamos intercambiarnos confianzas, beneficios, conversar, aprender,… en una palabra mejorar entre nosotr@s, y por tanto llego a la conclusión que ambos sistemas actuales, con sus múltiples variantes cada uno, deben mantenerse y avanzar de forma complementaria, intentando buscar un equilibrio que será diferente para cada sector, empresa, e incluso persona.
¿Qué pensáis vosotr@s?
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